en el examen de Filosofía de Selectividad de 1993/1994? en Cantabria, nos ofrecían dos posibilidades: desbarrar sobre Locke o sobre Heidegger. yo, además de elegir a Heidegger y engrosar el nimio porcentaje de personas que se decantaron por esta opción, incluí en mi respuesta una cita de Merleau-Ponty. y no lo hice porque su ciudad de nacimiento fuera Rochefort-sur-Mer y esté hermanada con Torrelavega. no fue un homenaje. lo hice simplemente porque me gustaba su apellido, y porque había leído en alguna parte que sus pensamientos tenían alguna relación con los de Foucault.
los nervios no me dejaron recordar con exactitud las palabras de Meleau-Ponty, pero aún así, algo falta de ética, la verdad, le planté a la frase unas hermosas comillas.
el examinador/a valoró muy positivamente mi examen. creo que fue una de las notas más altas. cuando me pasé por el Instituto para ver las calificaciones de Selectividad, y después de haber flipado con la nota -que estaba junto a un glorioso 3, 5 en matemáticas, quiero confesar-, me encontré a mi profesor de Filosofía, que me dio un gran abrazo y me dijo: ¡estoy seguro de que has elegido a Heidegger! ¡dime que has elegido a Heidegger!
me levantó del suelo y me emocionó como a una idiota.
esto tenía relación con otro episodio. en la tercera evaluación, este profesor, que tenía a su cargo cuatro clases de COU, podía elegir entre Descartes, Marx o Heidegger para la pregunta del examen. en las otras clases de COU había elegido a Descartes o a Marx, y nosotros, el último COU, nos las prometíamos felices con alguno de los dos. pero hete aquí que llegó a clase y dijo Heidegger. entonces, y después de un murmullo nervioso, varios alumnos se levantaron y dijeron que era injusto, y que no iban a hacer el examen. luego se levantó casi toda la clase y le plantó cara con lo mismo.
entonces, él se subió a la mesa, y desde allí dijo que éramos unos no sé cuántos, y que qué queríamos comentar en el examen, a Descartes, a Marx o la última canción del verano. lo dijo gritando. y fue uno de los momentos más tensos pero más divertidos que he vivido en un aula.
eso hasta que se dirigió a mí y me dijo: a ver, tú, ¿cuál es el examen? ¿Descartes, Marx...?
y dije... Marx.
y fueron para mí otro lote de protestas.
(claro, debí haber dicho la última canción del verano)
luego la Selectividad nos dio la oportunidad de elegir Heidegger. y otros imagino que se condenaron a comentar a Locke.
pero no creo que yo me emocionara con las palabras de J.A. únicamente por eso.
con ese abrazo empiezo a dejar que otros llenen el tarrito de la confianza en mí misma.
y cerca de los 32 años, y a punto de publicar mi primer artículo sobre Foucault, empiezo a arrepentirme de ello.