mejdoub
acabo de leer un relato de Paul Bowles publicado en 1974 que se titula "Mejdoub".
la figura del mejdoub suele despertar cierta fascinación, y este relato de Bowles le sitúa sin dudas entre los fascinados.
el mejdoub suele ser un santo o un jerife -en cualquier caso, generalmente un hombre-, al que se considera capaz de prever y predecir el futuro, y cuyas palabras se suelen tomar por profecías. la palabra mejdoub quiere decir en árabe, literalmente, "el que ha sido atraido", y aunque el término se refiere en lo básico al estado mental del personaje, hoy en día se le denomina así a todos los hombres que vagabundean por el mundo -principalmente, por las grandes ciudades y por los mausoleos de los santos más venerados-, vendiendo su sabiduría a cambio de unas monedas (limosnas o pagos, tanto da). por supuesto, también existen las mejdoubas, pero su número es bastante inferior al de los mejdoubs, y desarrollan roles sensiblemente diferentes, todavía por explorar según demuestra la bibliografía disponible sobre el norte de África.
los sufíes consideran que los mejdoubs han alcanzado la estación (maqam) denominada el-hal, que es un estado de conciencia bastante próximo a Dios, y que por eso las palabras de estos hombres poseen un gran valor. en cierto modo, vendrían inspiradas por Dios. en 1926, un antropólogo finlandés llamado Westermarck lo explica de la siguiente manera: la razón de estas personas suele estar en el cielo, pero cuando hablan vuelve a ellos, de modo que sus palabras se atesoran como si fueran las de seres inspirados.
otros científicos sociales europeos le llamaron a los mejdoubs "locos de Dios", "iluminados" o "arrebatados", y dijeron de ellos que se encuentran en un "trance perpétuo" o en un "estado de éxtasis contínuo". luego han venido a ofrecer sus interpretaciones los médicos, que clasifican a los mejdoubs como enfermos mentales o enfermos de epilepsia.
en realidad, ni todos los mejdoubs son santos y jerifes, ni todos se dedican a la videncia del futuro o a emitir palabras sabias. en muchos casos, las personas a las que se llama mejdoubs presentan algún tipo de "discapacidad mental". no se puede decir que a todos los mejdoubs se les tenga respeto, ni que no haya nadie que ridiculice las palabras y las acciones del mejdoub, pero sí es cierto que hay mucha gente que siente un enorme respeto por ellos y que los tiene en alta estima.
los mejdoubs, como tan bien explica Bowles en su relato, no se suelen ocupar de las cosas de este mundo (algunos, en teoría y a la vista), y quizá por eso descuidan su aspecto físico de una manera muy característica (vistiendo harapos, etc...). como es lógico, también hay mejdoubs que realizan gestos conscientes de construcción de una identidad a través de la vestimenta harapienta y otros atributos asociados tradicionalmente a sus hábitos de vida (grandes cayados, largas barbas y largas cabelleras, ...). en uno de los santuarios más visitados del norte de Marruecos, el mejdoub más conocido y más consultado lleva una chilaba de harapos que es una verdadera obra de arte de la costura masculina. es un festival de color.
Paul Bowles no es el primer escritor europeo que deja unas líneas sobre estos personajes magrebíes, y con toda seguridad, no será el último. pero sí es de los que han escrito las líneas más interesantes.
a propósito de la figura del mejdoub, el más conocido en todo el mundo árabe es Sidi Abderrahman el-Mejdoub, un poeta magrebí de la época de los sultanes Saadíes (siglo XVI), al que se atribuyen popularmente muchos relatos morales y ejemplarizantes, refranes, proverbios y dichos, siempre provistos de una fina ironía y de un abierto sarcasmo. es una pena que no haya apenas recopilaciones en castellano de los saberes que se le atribuyen.
la figura del mejdoub suele despertar cierta fascinación, y este relato de Bowles le sitúa sin dudas entre los fascinados.
el mejdoub suele ser un santo o un jerife -en cualquier caso, generalmente un hombre-, al que se considera capaz de prever y predecir el futuro, y cuyas palabras se suelen tomar por profecías. la palabra mejdoub quiere decir en árabe, literalmente, "el que ha sido atraido", y aunque el término se refiere en lo básico al estado mental del personaje, hoy en día se le denomina así a todos los hombres que vagabundean por el mundo -principalmente, por las grandes ciudades y por los mausoleos de los santos más venerados-, vendiendo su sabiduría a cambio de unas monedas (limosnas o pagos, tanto da). por supuesto, también existen las mejdoubas, pero su número es bastante inferior al de los mejdoubs, y desarrollan roles sensiblemente diferentes, todavía por explorar según demuestra la bibliografía disponible sobre el norte de África.
los sufíes consideran que los mejdoubs han alcanzado la estación (maqam) denominada el-hal, que es un estado de conciencia bastante próximo a Dios, y que por eso las palabras de estos hombres poseen un gran valor. en cierto modo, vendrían inspiradas por Dios. en 1926, un antropólogo finlandés llamado Westermarck lo explica de la siguiente manera: la razón de estas personas suele estar en el cielo, pero cuando hablan vuelve a ellos, de modo que sus palabras se atesoran como si fueran las de seres inspirados.
otros científicos sociales europeos le llamaron a los mejdoubs "locos de Dios", "iluminados" o "arrebatados", y dijeron de ellos que se encuentran en un "trance perpétuo" o en un "estado de éxtasis contínuo". luego han venido a ofrecer sus interpretaciones los médicos, que clasifican a los mejdoubs como enfermos mentales o enfermos de epilepsia.
en realidad, ni todos los mejdoubs son santos y jerifes, ni todos se dedican a la videncia del futuro o a emitir palabras sabias. en muchos casos, las personas a las que se llama mejdoubs presentan algún tipo de "discapacidad mental". no se puede decir que a todos los mejdoubs se les tenga respeto, ni que no haya nadie que ridiculice las palabras y las acciones del mejdoub, pero sí es cierto que hay mucha gente que siente un enorme respeto por ellos y que los tiene en alta estima.
los mejdoubs, como tan bien explica Bowles en su relato, no se suelen ocupar de las cosas de este mundo (algunos, en teoría y a la vista), y quizá por eso descuidan su aspecto físico de una manera muy característica (vistiendo harapos, etc...). como es lógico, también hay mejdoubs que realizan gestos conscientes de construcción de una identidad a través de la vestimenta harapienta y otros atributos asociados tradicionalmente a sus hábitos de vida (grandes cayados, largas barbas y largas cabelleras, ...). en uno de los santuarios más visitados del norte de Marruecos, el mejdoub más conocido y más consultado lleva una chilaba de harapos que es una verdadera obra de arte de la costura masculina. es un festival de color.
Paul Bowles no es el primer escritor europeo que deja unas líneas sobre estos personajes magrebíes, y con toda seguridad, no será el último. pero sí es de los que han escrito las líneas más interesantes.
a propósito de la figura del mejdoub, el más conocido en todo el mundo árabe es Sidi Abderrahman el-Mejdoub, un poeta magrebí de la época de los sultanes Saadíes (siglo XVI), al que se atribuyen popularmente muchos relatos morales y ejemplarizantes, refranes, proverbios y dichos, siempre provistos de una fina ironía y de un abierto sarcasmo. es una pena que no haya apenas recopilaciones en castellano de los saberes que se le atribuyen.