el útero errante
la referencia histórica más antigua sobre la idea del útero errante aparece en un papiro egipcio. los egipcios -y luego los griegos, los romanos, y muchos otros terapeutas que vinieron después (la práctica totalidad, varones)- pensaban que el útero era un animal que vagaba por el cuerpo femenino a su antojo, y que cuando el útero entraba en determinadas zonas del cuerpo, éste producía distintos síntomas: palpitaciones, melancolía, furor, etc...
en el Timeo, Platón dice que el útero es un animal (zoon), un animal deseoso de procreación que se irrita y enfurece cuando no es fertilizado a tiempo y que, errante por todo el cuerpo, obstruye los conductos de aire sin dejar a las mujeres respirar.
la histeria se definió como enfermedad exclusivamente femenina a partir de esta idea del útero errante, de modo que Hipócrates habló de la apnoia histeryké, la falta de aire que podía provocar la localización del útero en determinados lugares del cuerpo, como por ejemplo, cerca del corazón.
para lograr que el útero regresara a su posición correcta en la pelvis, los terapeutas utilizaban las fumigaciones, distintas materias que se hacían arder y con cuyos vahos y humos se fumigaba el cuerpo femenino. las fumigaciones vaginales con productos de olor agradable, servían para atraer al útero a su posición original. y las fumigaciones nasales con sustancias de olor pestilente o fétido, servían para hacer que el útero se alejara de la cabeza y del pecho y descendiera.
interesados e interesadas en el "útero errante", lean este magnífico artículo de Mercedes López Pérez, http://revistas.um.es/ayc/article/viewFile/52411/50551
las fumigaciones han sido prácticas obstétricas/ginecológicas bastante corrientes a lo largo de la historia, documentadas al menos desde la antigüedad y hasta el presente. en la Historia Natural, Plinio el Viejo recomienda las fumigaciones de excremento de caballo para expulsar el feto muerto. y más aún, los excrementos de origen animal suelen formar parte de las recetas de la antigüedad para facilitar el parto y la expulsión de los anexos fetales.
viva el cuerpo femenino.
en el Timeo, Platón dice que el útero es un animal (zoon), un animal deseoso de procreación que se irrita y enfurece cuando no es fertilizado a tiempo y que, errante por todo el cuerpo, obstruye los conductos de aire sin dejar a las mujeres respirar.
la histeria se definió como enfermedad exclusivamente femenina a partir de esta idea del útero errante, de modo que Hipócrates habló de la apnoia histeryké, la falta de aire que podía provocar la localización del útero en determinados lugares del cuerpo, como por ejemplo, cerca del corazón.
para lograr que el útero regresara a su posición correcta en la pelvis, los terapeutas utilizaban las fumigaciones, distintas materias que se hacían arder y con cuyos vahos y humos se fumigaba el cuerpo femenino. las fumigaciones vaginales con productos de olor agradable, servían para atraer al útero a su posición original. y las fumigaciones nasales con sustancias de olor pestilente o fétido, servían para hacer que el útero se alejara de la cabeza y del pecho y descendiera.
interesados e interesadas en el "útero errante", lean este magnífico artículo de Mercedes López Pérez, http://revistas.um.es/ayc/article/viewFile/52411/50551
las fumigaciones han sido prácticas obstétricas/ginecológicas bastante corrientes a lo largo de la historia, documentadas al menos desde la antigüedad y hasta el presente. en la Historia Natural, Plinio el Viejo recomienda las fumigaciones de excremento de caballo para expulsar el feto muerto. y más aún, los excrementos de origen animal suelen formar parte de las recetas de la antigüedad para facilitar el parto y la expulsión de los anexos fetales.
viva el cuerpo femenino.