mixing memory and desire

sábado, junio 20, 2009

la luz

este holograma de vida que yo llevo, si se mira con un poco de distancia, le rinde homenaje a la de ciertos místicos musulmanes sobre los que diserto en el texto en el que trabajo a diario desde hace dieciocho meses. encuentro tantas similitudes, que tengo miedo de tocar la pared de mi cuarto de trabajo y convertirla en plata como hizo el santo sufí sobre el que estuve escribiendo la semana pasada.
se me está haciendo largo, tanto que no sé si volveré a enclaustrarme alguna otra vez para escribir algún otro libro en mi vida. los próximos me gustaría escribirlos retirada en la naturaleza, y a ser posible, me gustaría escribir en el tiempo que le robo a la vida, no vivir en el tiempo que le robo a la escritura.
he hecho un cálculo sencillo y al parecer he escrito de media una página diaria. y teniendo en cuenta que en el caso de mi trabajo escribir una página no sólo es escribirla, sino también realizar otras acciones como pensar, leer a otros, citar, copiar referencias, traducir textos del inglés, del francés o del árabe, leer y releer lo escrito, ampliar, buscar papeles que traspapelo y desalojar el suelo del cuarto cada diez días..., amén de otra infinitud de gestos corporales que no describiré aquí, pues la cifra no me genera mayor reflexión, ni sobre la velocidad ni sobre el tiempo. me genera una amplísima reflexión sobre mi trabajo y sobre mi existencia, pero dejo las cuestiones densas para otro contexto.
dieciocho meses ausente de casa, y dieciocho meses enclaustrada en casa, ¿extraña que me compare con los místicos? mañana mismo solicito el título de santa.
santa tesis.

 

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