mixing memory and desire

domingo, diciembre 03, 2006

3:22/3:32

por recapitular, le diré a este blog que cuando llegué de Marruecos me fui a un encuentro a Madrid sobre el Islam en Europa. allí estuve con Maíllo. y de allí traje muxas ganas de trabajar. tantas, que desde entonces trabajo sin descanso en siete artículos, algunos que ya tenía empezados y a los que me costaba muxo trabajo hacer avanzar, y otros nuevos en los que sigo enredada día tras día.
el único que se me resiste es el de la conferencia que doy el día 14.
el artículo en el que más estoy trabajando estos días es uno en el que reviso los puntos de vista desde los que se suele analizar la violencia sexual; este sale de un trabajo de Deusto que hice para la asignatura de Ética. me fijaba entonces en las narrativas de Reeves Sanday, Leonardo y Winkler, en sus puntos postmodernos y en la violación en el ciberespacio de Julian Dibell y los problemas metodológicos y éticos que podían plantearse en el estudio antropológico de la violencia sexual.
estoy aprendiendo muxas cosas.
acabo de ver dos películas seguidas: una auténtica cacota titulada American Dreamz. y un peliculón de los de lágrimas y reflexión incluídas: Charlotte Gray.
en este momento, 3:22, se supone que debo irme a dormir. y quizá sea lo que haga, irme.
esta semana, el fin de mi idilio con el marqués de Van Drall me ha proporcionado noches insomnes hasta las 5:40, 4:00 y 5:22 de la mañana. a excepción de un día en que me dormí a las 22.00 y amanecí a las 11.00 al día siguiente. la química es rara. ya se sabe.
creo que mañana me despertaré de muy mal humor. principalmente conmigo.
los otros artículos en los que trabajo hablan sobre los asesinatos de honor en Europa, la mutilación genital femenina, y las mujeres que se suicidan en actos terroristas. intento rastrear qué sabemos y quién cuenta qué.
esta tarde estuve en una librería y me gasté un montón de pasta. Pablo, el amigo de Ramiro, nos encontró a Chus y a mí cargados de bolsas bajo la lluvia. me llevo cuadernos marrones al pueblo gris en el que viviré a partir de enero. me da muxa pena no haber podido convencer a nadie para que comparta conmigo mis días marroquíes.
siguiendo la forma de razonar de Ernesto últimamente, quizá eso tan sólo significa que los debo vivir en soledad. (no me olvido de Hanan, de la que aprenderé infinitas cosas)

 

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