evasión y perplejidad

este es un ejercicio que hago con relativa frecuencia en este blog, pero ninguna de las otras veces por escrito. se trata de comprobar qué es lo que escribí tal día como hoy hace un año, dos años, tres años, cuatro años, cinco años...
el 1 de septiembre de 2008 probablemente me sentía tan extraña como me siento desde hace unos días.
esto es lo que escribí entonces:

"¿cuánto tiempo permanece uno de viaje después de haber regresado de un viaje?
cada día estoy más convencida de que no estamos donde estamos, sino donde los demás creen que estamos.
y quizá ese lugar sea donde mejor estemos.
tanto da para los lugares en los que yo tengo de viaje a los que me rodean.
existen lugares y personas a los que no regresaré nunca, y existen lugares y personas a los que regresaré cuando me haya cansado del viaje y de la distancia. también existen lugares y personas a los que no sé regresar. y otros de los que huyo intencionadamente.
¿existen lugares y personas de los que uno nunca se puede ir? lo desconozco, pero sí estoy segura de que hay lugares y personas que viajan conmigo y de las que jamás me sentiré distante.
este texto lo escribo a propósito de una sensación que me domina del mes de junio a esta parte. y a propósito de un sueño en el que regresar oníricamente a una persona me ha dejado interrogándome si tiene sentido esta gran evasión"

hoy escribo lo siguiente:
la gran evasión carece de sentido, y si yo tuviera una infinitésima parte del coraje del que carezco, regresaría inmediatamente al lugar en el que nunca he estado y en el que quiero estar.
hoy sé que no huyo, sólo estoy esperando a que el lugar me encuentre.