zapatos, perros y cultura
esta mañana, el periodista iraquí Muntazer al-Ziadi le ha llamado perro al presidente norteamericano Georges Bush a la vez que le tiraba con sus zapatos.
ha ocurrido en Irak, en el transcurso de una rueda de prensa.
los periódicos de mayor tirada en España se han limitado a reproducir el texto tal y como ha sido distribuido por las agencias de prensa internacionales. la noticia es "similarmente igual" (como decía Pazos/Manquiña en Airbag) en cualquier periódico europeo, ya se lea en inglés, en francés o en castellano.
los periodistas españoles no han dudado a la hora de reproducir la valoración del gesto que hacía el redactor correspondiente en la agencia correspondiente: "en Irak, al igual que en gran parte del mundo árabe, arrojar un zapato es una de las mayores ofensas que se pueden cometer contra una persona, al igual que llamarlo perro" (El Mundo); "el que le haya llamado "perro" es un grave insulto entre los árabes" (El País); "este gesto de tirarle un zapato a alguien es signo de desprecio en la cultura musulmana" (El Correo; don´t imitate, innovate)
los antropólogos somos a veces como Göring -en realidad, como el personaje de la obra de Hanns Johst-: cuando oímos la palabra cultura... le quitamos el seguro a nuestra Browning... y no podemos reprimir las ganas de dispararle al pianista (¿dije pianista? ¿dije disparar?)
no sé a cuántos lectores españoles les habrá chirriado que la prensa hable de "cultura árabe" y de "cultura musulmana" para subrayar la gravedad del insulto "perro" y del gesto de lanzar a la cabeza de una persona los zapatos propios.
¿es que alguien necesita creer que en Alemania, en Inglaterra o en Dinamarca lanzar un zapato a la cara de un tipo no es una ofensa grave, ni tampoco llamarle perro? ¿existe alguna vara de medir dónde es más o menos grave el gesto? ¿existe una cultura árabe? ¿existe una cultura musulmana? (es posible que sea una, grande y libre en el totalitarismo cultural de la prensa)
me ha gustado ver a Bush esquivando los zapatos -aunque estoy bastante preocupada por Muntazer al-Ziadi y por su familia-, y me hubiera gustado mucho más ver cómo Bush no esquivaba al menos uno de ellos.
tras leer la noticia en varios medios, me he quedado cinco minutos centrifugando por qué las madres españolas pegan a sus hijos con la zapatilla o por qué utilizamos los zapatos para matar a bichos y bichejos, por qué resulta de mal gusto descalzarse en público, y por qué a las mujeres se las llama despectivamente y con determinadas connotaciones sexuales perras, y por qué estimamos que hay personas que merecen la agresividad verbal que transmite el insulto hijo de perra.
¿será que los españoles somos árabes?
mañana sondearé la cuestión entre mis amigos. al menos le puedo preguntar a un danés, a tres ingleses, a una argentina, a una tailandesa, a una china, y a varios cántabros y vascos no-antropólogos.
no creo que el periodista iraquí conozca el refrán marroquí que voy a citar ahora, pero si esconde algo de verdad, más le valdría haber dado en el blanco:
"drab el-kelb, iharbu el-klab" (golpea un perro, y los otros perros huirán)
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