estate quieta
me imaginaba que Hamid habría vuelto de su mes de vacaciones en Marruecos, así que le llamé por teléfono antes de ayer por la noche. y sí, habían regresado ese mismo día por la mañana. la tristeza empañaba todas y cada una de las palabras de su mujer. el año pasado regresé con ellos en septiembre para volver al cabo de quince días con San Chus -estancia en casa fugaz-, y pude comprobar lo ásperas que son las horas que nos alejan irremediablemente de todo lo que más queremos.
Hamid tenía para mí cientos de palabras de mis antiguos vecinos y una mala noticia. Mohamed Zuak, el conductor de furgoneta con el que íbamos de pueblo en pueblo y de boda en boda murió hace unos días en un accidente de tráfico. él, y nueve personas que iban a un mercado semanal urbano a 5o kilómetros de nuestro pueblo. Manel y Wisal han perdido a su padre, y Mokrisset al zascandil que animaba las tardes en la cafetería de Driss. Allah y´addam l-ajar (que Dios engrandezca su recompensa).
death and all my friends.
cuando acabé de hablar con Hamid, abrí mi cuenta de correo electrónico en hotmail. la niña de Mariana y Sebas se llama Sofía, pesó 3 kilos y pico y midió 52 cms y ha nacido en Buenos Aires el mismo día que se cumplen tres años de la muerte de nuestra amiga Julieta.
la rueca del tiempo siempre está hilando contra nosotros. estate quieta, muerte.
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