sisifo is dead
el domingo pasado llegué de Chefchauen después de un viaje azaroso de dos días: cruzar el Estrecho con fuerte marejada o mar gruesa ha sido lo peor; la última vez fue mareo y vómito, esta vez ha sido miedo.
el lunes murió Clifford Geertz; tenía ochenta años, y por lo que leo en la nota necrológica de Princeton, una nieta que se llama Elena Martínez.
el martes fui al entierro de un chico de veintiún años que murió el domingo, el día de su cumpleaños. le recuerdo sobre todo como un precioso niño de ojos verdes a hombros de su tío, y me hace sentirme inmensamente triste la idea de que haya muerto en sus brazos.
la noche del martes al miércoles soñé que Julieta estaba viva y que hablaba con ella sobre su muerte. me decía que lo sentía. pero yo no quería que me lo dijera.
hoy miércoles he ido a misa de difuntos por la mañana y al cementerio por la tarde; no he llorado porque aún consumo un cuarto de marqués de Van Drall. mientras escuchaba el rosario me ha llamado Zelea y me ha dejado un mensaje en el contestador del móvil; ha sido padre de dos niñas.
esta semana todo es vida o muerte. esta semana más que cualquiera otra semana que yo recuerde últimamente.
mañana llamaré a mi abuela para felicitarle sus 93.
y a Zelea para decirle lo muxo que me alegro por el nacimiento de sus hijas.
la vida me da vértigo. pero ahora sé que no quiero bajarme.
2 Comments:
"la vida me da vértigo. pero ahora sé que no quiero bajarme".
Firmo esto. Bienvenida, te he echado mucho de menos.
10:47 a. m.
gracias. yo también a ti. quiero una copia del papel donde lo firmas, eh.
12:09 a. m.
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