sweet suite
esta tarde he recibido una llamada desde Japón de mi primo Chus!! la semana que viene le llamaré yo a él desde Marruecos. voy a Chefchauen, a recuperar a la antropóloga. en Japón era hora de irse a dormir. aquí lo será dentro de unas horas. creo que se lo están pasando como gaiteros. y que les dure. en cuanto vuelvan me daré a la fiebre del saturday night con ellos; la fiebre de la que hablaba Anaïs Nin me está torturando.
esta semana es muy asiática; ayer hablé con Sonia, la amiga de Julieta. yo pensaba que aún vivía en Londres, pero regresó hace tres meses a Tailandia. es una chica estupenda, y me entristece muxo haberla entristecido tanto. hace ya una semana.
ayer me llamó Julio, que está en Lanzarote de vacaciones. se ha llevado un montón de libros para leer y va a recibir unas clases de surf del novio de Leire. a la vuelta tenemos que vernos en Bilboland. fijo.
esta mañana me llamó Adalberth. está claro que Pedreña es la ganadora de la Bandera de la Concha 2005, pese al Orio-Hondarribi trick. y mañana ya se verá qué pasa. mi viaje improvisado me impide estar en la barra, pero me informaré bien.
hablando de informar... alguien le tiene que hacer un reportaje detallado a los dos que están en Siria.
a la Bego la veré en el messenger. estamos algo mohínas. normal.
echo en falta a Ra, con el que apenas coincido desde que me he dado al doping y me entra el sueño a las 11.
interpol está al otro lado del Atlántico, poniéndose ciego de un brebaje escocés y gratis. esto lo sé porque lo leo. me cuenta otras cosas, muxo más literarias que anecdóticas. me encanta.
la parte social mejora, creo. yo no lo sé.
la parte laboral es un colapso. esta semana debo escribir en torno a un cuadro de Sobrado para leer el 26. espero que la inspiración me siga hasta el Rif. y que sea rápido y sin dolor. también tengo un proyecto a medias, con colegas de los que intentan descargar sobre ti la carga de la que tu intentas librarte. muy divertido.
life shrinks or expands according to one´s courage, eso decía Anaïs Nin.
pero a mi el coraje nunca me salió por las orejas ¿o sí?
sigo leyendo a Quentin Bell sobre Virginia Woolf. pero a Marruecos me llevo a Westermarck, para improvisar a la finlandesa.
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