escucha activa

esta tarde, me he comunicado con E. un ratito por el messenger. hemos estado intercambiando impresiones sobre la omnipresencia del yo en el discurso y sobre la intensidad del siguiente recurso dialógico: el ofrecer de contraste o añadidura nuestra propia experiencia siempre que alguien nos hace partícipe de la suya.
E. me ha propuesto un ejercicio, q voy a intentar cumplir con mano dura y pensamiento firme durante al menos un par de días -esto pq el jueves tengo una reunión con los colegas del doctorado, y ahí si que voy a querer y/o necesitar echar mano de los argumentos yo-yo, mi-mi, y del gilismo (de Gila), del yo-di, yo-pien... (espero q con mejores resultados que los que obtenía él con su parienta, claro).
en fin...
estoy escribiendo un artículo sobre Geertz, "los hijos de Malinowski" (Rabinow, Crapanzano y Dwyer), la antropología postmoderna y el trabajo de campo en Marruecos (si, hace tiempo). y estoy dejando q la filosofía hermenéutica me corrompa un poco más de la cuenta. la culpa la tiene Ricoeur, con eso de la comprensión del Yo pasando por el Otro. quizá pasándose al Otro por el forro de los cojones, q es lo que no dice mi amigo el huérfano francés.
este ejercicio de E. ha de ir más allá del lenguaje, y para ser eficiente, ha de contaminar el tuétano del pensamiento.
lo intento, aunque ni en esta frase me salga.
ya os contaré.
y si alguien quiere intentarlo y dejar algún comentario al respecto. q se anime.
escucha activa. eso dice E.
yo añado "encuesta activa", para q no se quede en la pasividad de las orejas. y nos permita interaccionar con el otro.