wuthering heights

de regreso a la experiencia del saturday night. desde febrero. sweet headache.
lo de Bilbao fue thursday night, lo de Zaldibar, thursday and friday night, y las de BA -q fueron muxas, y muy santas- no sabemos si han existido o no, hasta que no llegue el permiso del Gobierno Vasco.
de la experiencia de Cabezón me quedan bastantes sedimentos:
esto no es un blog, es un book.
en el Caribe no existen puticlubs, existen putipueblos.
escribo con el culo y soy una cursi.
he venido muy guapa de Argentina (la dieta, la dieta).
se me ha puesto el dulce de leche en la cintura.
(las dos últimas no son del mismo autor)

en la pared del Soti hay una carta de navegación en la que sale Buenos Aires, donación de Jose María, Julieta. los chicos se acuerdan muxo de ti, y preguntan cuando vas a volver. no saben que antes viviremos juntas 2 o 3 meses en Buenos Aires, luego 6 en Italia (piensa isla), y después quizá en Lecumberry, en la Baja Navarra (sustraiak = las raíces, en euskara). quizá sea una metadonna pq soy una mujer con adicciones y con metas, lo estoy madurando.
me hizo muy feliz escuchar los cuatro minutos de I never came en el Escudo, y beber Coronita mientras amanece. gracias, Ernesto.
paul me sugiere que lea Cumbres Borrascosas, de Emily Brönte. ayer acabé La campana de cristal, de Sylvia Plath, y ya tengo entre manos Los siete locos de Roberto Arlt. esta tarde estuve entretenida leyendo sobre muertes de poetas. Shelley desapareció en una tormenta en Italia. Byron murió de unas fiebres y Keats de tuberculosis, como Emily. Rimbaud murió de una gangrena y Sylvia se suicidó -axfixiándose con gas-.
en 1999 conocí en Murcia a una escritora argentina, Lydia Pinkus, que había escrito una biografía de los hermanos Brönte. me envió la biografía por correo, después de leerla, leí Cumbres Borrascosas. Argentina, Inglaterra y el romanticismo de nuevo.
espero que todo esto no acabe en tormenta. Shelley´s Storm.